A menudo me llega esta pregunta de parte de carismáticos que creen que debemos recibir en Espíritu Santo después de que somos salvos "teniendo como evidencia el hablar en lenguas". Cierto numero de Cristianos nuevos (y algunos ni tan nuevos) también me escriben y me preguntan acerca de esto. Se entiende, puesto que cualquiera que realmente está interesado en Jesús quiere estar seguro de que no se está perdiendo nada de lo que Dios tiene para él, y los carismáticos son un grupo escandaloso que ha promovido esta doctrina falsa. Aquí hay algunos extractos de un de un correo electrónico de este tipo, y mi respuesta (con algunos comentarios adicionales).

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El CORREO ELECTRONICO

¿Puedo hacerle una pregunta acerca de lo que escribió?

"Recibimos el Espíritu Santo al momento de ser salvos..."

Las Escrituras en Hechos 2:38 indicarían que el recibir el Espíritu Santo viene después del acto inicial de recibir el plan de salvación (gratuito) de Dios.

"Arrepentíos y bautizaos cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para la remisión de pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo"

¿Que no dice esto que el Espíritu viene después de ser salvos? Otro versículo que dice que uno recibe el Espíritu Santo después de la salvación es—

"Y los apóstoles que estaban en Jerusalem, habiendo oído que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron á Pedro y á Juan: Los cuales venidos, oraron por ellos, para que recibiesen el Espíritu Santo" (Hechos 8:14-15).

Esto de nuevo indicaría que ellos recibieron el Espíritu Santo después de la salvación. Otro versículo en Hechos que muestra que el recibir el Espíritu Santo viene después de la salvación es:

"Díjoles: ¿Habéis recibido el Espíritu Santo después que creísteis? Y ellos le dijeron: Antes ni aún hemos oído si hay Espíritu Santo" (Hechos 19:2).

MI RESPUESTA

Querido Amigo:

Saludos, gracias por escribir.

Respecto a recibir el Espíritu Santo DESPUES de la salvación, he notado que usa usted exclusivamente el libro de Hechos para apoyar esta doctrina. Hechos fue un libro de transiciones ya que por primera vez, el Espíritu Santo vino a morar en hombres y grandes señales y maravillas acompañaron estas cosas para testificar que eran de Dios. ¿Cada cuándo vemos lenguas como de fuego bailando encima de las cabezas de la gente como en el día de Pentecostés? ¿Cada cuando vemos a personas caer muertas por mentirle al Espíritu Santo? (¡Es más probable ver a un pastor decirle a personas que caerán muertas si salen de la iglesia!) ¿Cada cuándo vemos una gran luz que viene del cielo cegar a una persona y después la voz de Jesucristo hablarle? Cosas ocurrieron en el libro de Hechos que testificaron que un nuevo día había llegado, mi amigo. Esta idea de no tener el Esp&ia! cute;ritu Santo al momento de ser salvo no se encuentra en lo que probablemente es el libro más doctrinario de la Biblia—Romanos.

De acuerdo a Romanos, nosotros no podemos ser salvos SIN TENER el Espíritu Santo.

Romanos 8:9 dice: "...si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El". De acuerdo a este versículo, si nosotros no TENEMOS el Espíritu Santo, ¡ni siquiera pertenecemos a Jesucristo! El Espíritu Santo es el que nos renueva en al momento de salvación—lea Tito 3:5:

"No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo".

Esta escritura claramente dice que debemos tener la tercera persona de la Trinidad para ser salvos. Él nos renueva. El Espíritu Santo estaba ahí cuando fuimos salvos y permanece hasta hoy día. Las tres entidades de Dios tienen que ver en nuestra salvación—el Padre (envió al Hijo), el Hijo (pagó el rescate), y el Espíritu Santo (nos renovó, nos guía y nos llena de poder). El Espíritu Santo tenía que estar ahí cuando fuimos salvos, porque de acuerdo a 1 Corintios 12:3, nosotros ni siquiera podemos decir con sinceridad que Jesús es el Señor sin el Espíritu Santo—¡y definitivamente debemos decir que Jesús es el Señor para ser salvos!

"... nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por Espíritu Santo" (1 Corintios 12:3).

"En esto conoced el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo es venido en carne es de Dios" (1 Juan 4:2).

En términos del Espíritu Santo, la distinción debe ser hecha en la manera en la que caminamos. Después que nos hemos decidido por Jesucristo, debemos aprender cómo caminar. Al principio, somos bebés que saben muy poco acerca de cosas espirituales y debemos crecer. Para ser fuertes y edificados en Cristo, la Biblia nos dice que seamos LLENOS del Espíritu (Efesios 5:18), que CAMINEMOS en el Espíritu (Gálatas 5:16, 5:25) y que nos dejemos GUIAR por el Espíritu (Romanos 8:14). ¿Cómo? No hay que resistir al Espíritu Santo. Él nos testifica por medio de la Palabra (así como por nuestra consciencia y otros Cristianos—siempre y cuando lo que digan sea de acuerdo a la Biblia) que debemos leer la Palabra, obedecerla, servir al Señor, tener compañerismo con los santos y resistir el pecado. ¿Cuáles son los resultados de esto? Vemos mucho fruto en nuestr! as vidas, el Señor nos mostrará cosas maravillosas, somos valientes en Cristo y estamos realmente seguros de la posición que tenemos en El—en otras palabras: maduramos en Cristo.

Respecto al don de lenguas, que puede que usted crea que todos debemos recibir, las escrituras son muy claras al decir que NO TODOS tiene este DON-- vea

1 Corintios 12:28-31,

Todo 1 Corintios 14; y,

Romanos 12:4-8.

Tome nota en 1 Corintios 14 acerca de...

Cómo Pablo dijo que el preferiría hablar cinco palabras con su entendimiento que 10,000 en una lengua desconocida, para poder edificara a otros (14:19)

El don de lenguas no es el mejor (14:1-5)

Si todos en la iglesia hablan en lenguas al mismo tiempo, la gente creerá que están locos (14:23)

Hay reglas MUY específicas para usar este don (v. 27-28).

Muchas gracias por darme la oportunidad de considerar su pregunta.

Tracy

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Yo pues te envío á hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho el Señor Jehová.

Y tú, hijo de hombre, no temas de ellos, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hayas entre zarzas y espinas, y tú moras con escorpiones: no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.

Ezequiel 2:4, 6